Cómo ir con bici en el tren

Viajar con tu bici en el tren

Viajar en tren con tu bici es, de lo malo, no lo peor, dado que al menos tienes la opción de, sabiendo el tipo de tren en el que vas a viajar, informarte de sus características en cuanto a la posibilidad -o no, porque los hay que no admiten bicis más que plegables y en su cajita/bolsa correspondiente- de llevar tu bicicleta, el número de bicis admitidas por tren, el precio de su billete particular, etc.

Comprobar esta información tanto en páginas especializadas en internet (hay muchas, no todas están actualizadas, conviene ojear varias para tener una idea lo más concreta posible) como en la misma web de RENFE es muy recomendable si no te quieres llevar sustos innecesarios.

Dicho esto, vamos a lo práctico:
¿Cómo desmontar tu bici al montar en tren?

  • Lo mejor de lo mejor, obviamente, es viajar en aquellos trenes que no obligan al desmontaje (¡ah, qué gloria eso de subir los peldaños de acceso al vagón y dejarla colgadita de un gancho o cogida, con pulpos, a alguna de las barandillas que puedes encontrar en diversos lugares!), pero si tienes que ponerte manos a la obra, recomiendo ir con muuuuucho tiempo para tomártelo con calma, pues el estrés no ayuda a que realices esta acción adecuadamente.
  • Lleva una lona de rafia con arandelas, despliégala a modo de mantel y ve colocando, encima, las diferentes partes de tu bici, ordenadamente, para que no se te pierda nada. Utiliza plástico protector (de ese que tiene bolsitas esféricas) para las zonas más sensibles o, en su defecto, cartón o elementos protectores similares que te ofrezca seguridad (recuerda que la zona de los cambios así como los faros delantero y trasero son los elementos más frágiles y que precisan de mayor protección).
  • La cinta adhesiva que recomiendo es la de carrocero, pues es muy eficiente y luego se puede quitar muy bien, sin dejar restos pegajosos. De todas las que he utilizado (las pésimas de embalaje marrón, muy eficientes pero luego muy duras de quitar, la adhesiva negra de toda la vida, ¡incluso celo he llegado a usar, pues no tenía otra cosa!), me parece que ésta, la de carrocero, cumple muy bien para lo que necesitamos. La hay de varios anchos.
  • Para limpiarte las manos, es bueno tener las típicas toallitas con jabón que seguro también llevas para, durante el viaje, lavarte en caso de que no encuentres agua para ello (recuerda que estas toallitas, aunque ponga que son biodegradables, no conviene echarlas al WC pues acaban atascándolo…).
  • Desmonta los pedales (¡cuidado!, acuérdate de que el izquierdo va con la rosca al contrario), cógelos entre sí y mételos en una bolsita.
  • Si puedes (y aquí depende de las dimensiones de tu bici y las características del tren), intenta quitar sólo la rueda delantera, pues ya sabemos que la trasera es mucho más complicada. Cuidadín con el eje de la rueda, atorníllalo de nuevo antes de que se te pierda alguna arandela o tuerca. Atención al tipo de guardabarros, si es que usas, cuando quitas las ruedas, pues quedan a merced de los elementos (dependiendo de si es metálico o de plástico sabrás si has de protegerlo o no). En tren no es necesario desinflar las ruedas, no hay problemas de presión.
  • El manillar suele necesitar ser girado, para ponerlo en línea con el cuadro, pero dependerá del tipo y dimensiones del mismo.
  • Una vez desmontadas las partes necesarias coge, con la cinta adhesiva, las bolsitas y piezas sueltas resultantes al cuadro de la bici. Esto es muy importante que lo hagas siempre, aun cuando metas tu bici en una caja de cartón, pues te puedes llevar sorpresas al encontrar estos elementos protectores, muchas veces, rotos. Si se abre la caja o la bolsa, que ninguna de tus piezas pueda perderse…
  • Pliega la lona y utiliza una buena cuerda de escalada (que tiene multiusos en un viaje cicloturista) para, introduciéndola por las arandelas de la rafia, hacer un paquetito hiperprotegido.

Las fotos que incluyo las tomé en un viaje que hice en el MD 18063 a San Sebastián, donde pagué 3 euros por la bici (julio de 2016).

También adjunto las que hice, desde la estación de Logroño, ese mismo verano, cuando tomé el ALVIA 00437, primero, y luego en Zaragoza, donde, increíblemente, pude coger el AVE 03192 dejando a mi pobre Walkyria reducida a su mínima expresión, para que no me pusieran pegas, ¡y lo conseguí! (pero fue muy raro que cediesen… Me la jugué y gané, pero no lo recomiendo… demasiados nervios…).

Espero que estos consejos te sirvan para cuando viajes con tu bici en tren. 😉

Walter Post Villacorta