Por equidad entendemos la cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones. Supera el concepto de igualdad en cuanto a que otorgar un mismo bien a todas las personas sin atender a la diferencia, incrementa la desigualdad. La equidad busca la igualdad real, por eso para asegurar el derecho a la salud, por ejemplo, se aplican distintas terapias dependiendo si la persona es mayor, joven, adolescente o bebé
En el plano de la movilidad, y en concreto en el de la bicicleta, tenemos algo parecido. La bicicleta es un vehículo, pero poco tiene que ver con un automóvil, un autobús o una moto. Tiene sus características propias entre las que destaca su fragilidad (no existe carrocería que proteja al conductor), versatilidad (su maniobrabilidad y poco espacio hace que se amplíen enormemente sus posibilidades circulatorias), peso (entre 15 y 20 kg frente a 1000 y 1500 de un coche), accesibilidad (desde la más tierna infancia hasta bien entrada la ancianidad, la bicicleta facilita los desplazamientos y amplía la autonomía de todas las personas), tracción humana, etc.. Atender a estas particularidades (Equidad) es obligado si queremos que la bicicleta se asiente con éxito en Madrid.
A diario son varios los modos de transporte que conviven en la vía urbana. Apostar por la bici supone concederle ventajas y prioridades (discriminación positiva) y será clave para conseguir un entorno más abierto, accesible y saludable para todas las personas.
En este sentido, el automóvil ha marcado durante los últimos 70 años la vida de nuestras ciudades. Independientemente del juicio que nos merezca, el coche ha conseguido la omnipresencia que conocemos gracias, en gran medida, a las reformas y un cambio en el uso de nuestras calles y plazas, hasta el punto de condicionar plenamente el urbanismo de nuestra ciudad.
Salvo alguna voz aislada, hay un consenso general en avanzar hacia un modelo de movilidad menos invasivo. El contexto medioambiental y de salubridad, el espacio público usurpado y las cada vez mayores y mejores alternativas de transporte hace que medios que hasta ahora no eran considerados, lo empiecen a ser.
La bicicleta ha venido a nuestra ciudad a quedarse y a ofrecer una alternativa eficaz, cómoda, saludable, limpia, barata y segura a los desplazamientos de todas las personas. Pero pecaríamos de ingenuos si pensamos que no hace falta más que decir usa la bici en una ciudad adaptada durante tantos años para los coches. La promoción del uso de la bicicleta es una tarea algo más compleja.
Partimos de una ciudad consolidada que ha sido forzada a cambiar en su momento, el diseño y uso de sus calles, sus normas, sus edificios, e incluso sus hábitos y su cultura, a favor del coche. Difícilmente vamos a conseguir una ciudad llena de gente anónima en bici si no variamos y empezamos a reconsiderar todo ello.
Las infraestructuras juegan un papel muy importante. Igual que nos sentimos más cómodos con unos zapatos de nuestra talla, a la bicicleta le pasa lo mismo. Le sienta mejor una ciudad acorde a sus características. En su momento, la ciudad y el resto de los territorios no estaban adaptados al coche y a medida que aumentaron las infraestructuras acordes, enseguida se multiplicó su uso. Ahora le toca el turno a la bici.
Muchas ciudades han emprendido el desarrollo ciclista que tantas veces ha reclamado Pedalibre. Y hay suficiente experiencia y documentación técnica de cómo hacerlo (1), pero sabemos que el camino no estará exento de dificultades y resistencias, ya que variamos el actual estatus y tocamos ciertas parcelas de poder. Lo hemos visto en muchas ciudades y en proyectos concretos, incluso en Madrid, como la restricción al tráfico de El Retiro o la peatonalización de Preciados, Arenal, Fuencarral… y más recientemente la experiencia de la Gran Vía. Ningún responsable político, al poco tiempo de acometerse una reforma de este tipo, y pese a los alarmismos previos de algún sector, se atrevería a que estos espacios retornen a la situación anterior.
En el horizonte está el aspirar a una ciudad más limpia, amable y acogedora; una ciudad más saludable, que contemple la diversidad propia de una gran urbe; una ciudad donde desplazarse no conlleve inseguridad ni estrés. Una ciudad donde la bici ocupe el lugar que le corresponde:
UNA CIUDAD AMIGA DE LAS BICIS
Pocas apuestas son tan seguras como ésta. Toda la población, sin excepción, gana.
Para más información de manuales sobre diseño de vías ciclistas, podéis consultar entre otros:
- http://conbici.org/estado-de-la-bici/infraestructuras
- http://conbici.org/estado-de-la-bici/infraestructuras/manual-de-diseno-de-vias-ciclistas
- http://www.cycling-embassy.dk/wp-content/uploads/2013/12/Collection-of-Cycle-Concepts-2012.pdf
- http://www.crow.nl/publicaties/design-manual-for-bicycle-traffic
- https://sites.google.com/a/conbici.org/biciymovilidad/entorno/vias-ciclistas
Porquë es tan dificil que Madrid llegue a ser una ciudad amiga de la bici??
Madrid tiene la orografía, la climatoligía y el tamaño para ser una ciudad con una utilización extendida de la bici.
Desde un piunto de vista lógico Madrid debe sumar todas las poblaciones de su alrrededor e incorporarlas a un area metropolitana que en la actualidad no existe.
De esta forma los habitantes de los pueblos/ciudades dormitorio que todos los días vienen a Madrid tendrían el mismo trato que los habitantes censados en Madrid. Y esto no es baladí.
Segun se informa por el Ayuntamiento, cerca de 500.000 coches entran en Madrid diariamente y vuelven a salir al terminar la jornada laboral.
Esrto se debe en gran parte a la falta de una planificación urbanística, a una descoordinación de los diversos sitemas de transporte y que no se contempla como una unidad a Madrid y su area metropolitana. Pero esto no se va a realizar nunca, debido principalmente a motivaciones políticas.
Los conflictos políticos que se generan entre Madrid Ciudad y la Comunidad de Madrid tienen su origen en que ambas instituciones dan servicio cada una de ellas aproximadamente el mismo numero de habitantes. En numeros redondos tres millones Madrid Ciudad y otros tres la Comunidad.
Si Madrid ciudad incorporase toda su area metropolitana, la Coimunidad quedaria reducida a poco más de una pequeña diputación para dar servicio a los ciudadanos de los pueblos alejados de Madrid. Esta hipotética situación no la va a ceptar ningun politico de ningun partido.
La consecuencia es que dentro de la ciudad, sus habitantes sufrimos la contaminación, la aglomeración y la ocupación de las calles, y además nos obligan a pagar las infraestructuras necesarías para que esos 500.000 vehículos que nos visitan diariamente circulen a una velocidad razonable. Infraestructuras de las que no pagan ni un céntimo.
Las circunstancias que deben concurrir para reducir el numero de coches que entran diariamente en Madrid son:
Un transporte colectivo que sea más rápido, más barato y más seguro que el transporte individual en coche.
El pago de un peaje para costear, entre los usuarios de fuera de la ciudad, las infraestructuras necesarias, incluido aparcamientos disuasorios, alejados del centro de la ciudad.
Soñar es gratis
Me gustaMe gusta
la bicicleta de montaña está bien para hacer deporte, pero no es solución al transporte colectivo. El coche es muchísimo más práctico. Con la llegada del coche eléctrico mucho mejor. Solo queda que por fin se desarrolle comercialmente la energía nuclear de fusión. Todo llegará
Me gustaMe gusta
una previsón razonable de lo que será el transporte en la ciudad en los años venideros, no dentro de mucho:
http://tv.libertaddigital.com/videos/2017-06-03/la-pizarra-de-domingo-soriano-coches-del-futuro-6061103.html
Me gustaMe gusta