Los carriles bici no se desmantelan, se mejoran y se amplían
En la Red Básica Ciclista definida desde 2008, a propuesta del PP y apoyada por todos los grupos políticos del momento, el carril bici de la Gran Vía de Hortaleza formaría parte de un eje mucho más amplio que comunica los distritos de Hortaleza, Ciudad Lineal, Chamartín, Tetuán y Moncloa Aravaca.
Enlaza el anillo verde de este a oeste por el norte otorgando a esta infraestructura un carácter más urbano y no solo deportivo o de ocio, como en su momento fue creado.

El carril bici de la Gran Vía de Hortaleza estuvo incluido dentro de las actuaciones IFS (Inversiones Financieramente sostenibles) en 2016, junto a otras como el carril bici de Bulevares y Toledo, amenazados igualmente, el de Santa Engracia, Avenida de los Toreros, Pintor Rosales y Oporto.
La tipología que emplearon en este trazado, formado por López de Hoyos, Gran Vía de Hortaleza, Ayacucho, Aconcagua o Ribera del Sena fue mayoritariamente ciclocarril dejando una pequeña parte en Ayacucho y Gran Vía de Hortaleza carril bici unidireccional en ambos sentidos y un pequeñísimo tramo de senda bici (Aconcagua).

Los defecto en el diseño y construcción ya eran evidentes. El eje principal que constituyen las calles referidas, era tratado de distinta forma. El carril bici no funciona del todo bien debido a la frecuente invasión de coches, autobuses, salidas de aparcamiento, aparcamientos ilegales de segunda fila y, evidentemente, una falta de continuidad. Los defectos del ciclocarril son bien conocidos: falta de seguridad por incumplimiento sistemático de la velocidad máxima (30 km/h), dificultad en circular en caso de congestión, ocupación sistemática de vehículos pesados durante su carga y descarga, segundas filas, mayor exposición del ciclista a la contaminación por situarse más al centro de la calzada, etc..

A pesar de ello, según las últimos datos del propio ayuntamiento, el carril bici de la Gran Vía de Hortaleza, tiene un incremento en día laborable de hasta un 85 % (mayo-junio 2019) lo que desmonta el argumento del actual equipo de gobierno de desmantelar por falta de uso. Por otro lado, resulta paradójico que no haya criterio alguno (ni seguridad, ni uso, etc.) que afecte a los ciclocarriles cuando por su propio diseño exponen al ciclista a un mayor estrés circulatorio, mayor riesgo de accidente y a unas condiciones claramente disuasorias.
Insistir en la tipología de ciclocarril en ejes principales es, después de años de experiencia, una falta de rigor clara y de fraude, que demuestra el bajísimo interés del ayuntamiento de Madrid en promover el uso de la bicicleta a toda la población y el intento de engañar. Es más, el suprimir un carril bici tiene un efecto claro a favor del uso de medios motorizados contaminantes, ya que aumentamos la capacidad de la vía para estos. No hace falta ser un erudito para comprender la clarísima relación que hay entre la mayor capacidad de la vía y el mayor número de vehículos que la transitan (o al revés), en este caso, vehículos que poco tienen que ver con la bicicleta en cuanto a masa, potencia e impacto contra la salud y el medio ambiente. El caso de los carriles bici no es distinto. A más y mejor carriles, más bicis.

PROPUESTAS DE MEJORA
Como decíamos antes, este carril bici constituye (debiera constituir) parte de uno más amplio que conecta el este y oeste de la ciudad.
- Un carril bici sin proteger debe ser protegido de modo que no le afecten las salidas de aparcamiento, la doble fila, los atascos u otras invasiones. (Tipo Yeserías Chopera o Santa Engracia).
- Un carril bici aislado y sin continuidad, ya que nace y muere en el distrito de Hortaleza, debe proyectarse hacia el resto de la ciudad. En este caso, sobre todo, hacia el oeste. Hacia el este debiera conectar el IFEMA y el complejo de oficinas que lo rodea.
- Un carril bici sin conexión, debe conectar otros carriles bici (o, en el caso de Madrid, potenciales y comprometidos carriles bici), como Arturo Soria, Alfonso XIII, Príncipe de Vergara, Castellana o Bravo Murillo y facilitar los centros generadores de desplazamiento, especialmente, las estaciones de transporte público.
- Un ciclocarril que comparte itinerario ciclista con un carril bici en un eje principal, debe reconvertirse a carril bici para ganar en seguridad, accesibilidad, facilidad de uso e interpretación y homogeneidad en una futura Red Ciclista.
- Un carril bici estrecho, debe ensancharse convenientemente ya que en un futuro y deseable desarrollo ciclista hay que facilitar el tránsito de las bicicletas de cargo y la ciclologística.
- Un eje principal como el que tratamos debe complementarse con otras actuaciones en el distrito que facilite el acceso ciclista a los centros educativos, mercados, centros de salud, estaciones de transporte público, polideportivos, centros comerciales y de ocio, etc. (desarrollo distrital y barrial).
No es la primera vez que desde la Asociación Pedalibre denunciamos la falta de apuesta política por la bicicleta. Acumulamos años de retraso y parece que los sucesivos responsables políticos, le han encontrado gusto a ello. La salud, el medio ambiente, el derecho a poderse desplazar de una forma sencilla y saludable, el ruido, la contaminación, nuestro compromiso por la lucha del cambio climático, la menor dependencia energética, la economía, el empleo verde, la energía limpia, la equidad, etc. Ojalá, estos y otros valores, algún día formen parte de la agenda política de nuestra ciudad.

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