Queremos situar la bicicleta en el lugar prioritario que merece en un futuro modelo de movilidad sostenible
El Ayuntamiento de Madrid ha presentado este plan en sustitución del actualmente vigente de 2014. Con él pretende definir los objetivos e identificar las acciones específicas a implantar en los próximos años para transformar Madrid en una ciudad más sostenible desde el punto de vista medioambiental y de movilidad, pero también más justa desde un punto de vista social, territorial y económico.
Como no puede ser de otro modo, en el documento aparece reflejada la movilidad ciclista, pero desde un punto de vista autocomplaciente con respecto a las actuaciones pasadas, tergiversando la realidad y asimilando la bicicleta a otros medios de transporte que poco o nada tiene que ver con ella, como los VMP o las motos.
El plan concentra las mayores inversiones en la movilidad motorizada y su infraestructura viaria. Las diferentes partidas relativas a la movilidad en vehículo privado motorizado suman 874,2 millones de euros, superando a las partidas asignadas a la movilidad activa a pie y en bici o al transporte público. La principal partida dedicada al automóvil contempla 358 millones para soterrar la A5, la A-42, la M-30 en el tramo del Vicente Calderón y ampliar el nudo norte. Además, 250 millones para subvenciones a particulares en la compra de coches ECO y CERO (un brindis al sol para reemplazar solamente 50.000 automóviles en 8 años con una subvención media de 5.000€), 100 millones para 10.000 plazas en nuevos aparcamientos intermodales, 100 millones en subvenciones para vehículos de reparto y 36 millones para instalar puntos de recarga en aparcamientos privados y públicos. Además, fomentará el uso del coche construyendo 5.000 nuevas plazas de aparcamiento en la almendra central, Latina, Moratalaz y Usera con financiación privada bajo el modelo de concesión.
Frente a los casi 900 millones de inversiones para la movilidad en coche, el PMS 360 solo prevé 50 millones de euros hasta 2030 para hacer carriles bici, basándose en un diagnóstico errático sobre el uso de la bicicleta y la red de ciclocarriles actual, que cuantifica y confunde con las vías ciclistas exclusivas (612 km frente a los 170 de los datos oficiales del propio ayuntamiento, que incluyen los 65 de uso recreativo del Anillo Verde). Si el ayuntamiento insiste en ejecutar dicha partida en carriles bici de alto coste como el proyecto de carril bici Castellana, obviando actuaciones de carácter táctico mucho más baratas y equivalentes en efectividad, el presupuesto solo servirá para hacer 6 km de carril bici al año. La bici debería ser, mediante la rápida implementación de una red ciclista de carriles bici protegidos, la principal apuesta del ayuntamiento para reducir el uso del coche, ya que hoy solo suma entre el 0,4 y el 0,9 % de los desplazamientos en la ciudad y podría sustituir la mayoría de viajes en coche de hasta 10 km, distancia en la cual es muy competitiva en tiempos de desplazamiento.
Desde Pedalibre consideramos la elaboración de un plan de movilidad sostenible, un documento importante de planificación y responsabilidad, pero reclamamos del plan que se nos presenta, seriedad en el diagnóstico, conocimiento de la bicicleta como medio de transporte y compromiso en las soluciones.
Presentamos un total de 111 alegaciones para hacer valer la importancia y la necesidad de promover la bicicleta como parte integrante, junto con los desplazamientos a pie, de la movilidad activa. Y reiteramos su carácter universal. Una política pública de transporte, como es la movilidad ciclista, debe considerar a toda la población como destinataria de las medidas y garantizar su derecho a desplazarse en bici por toda la ciudad de forma segura, cómoda y eficiente.


La movilidad sostenible no es solo una opción, es el futuro.