La coexistencia peatonal/bicicleta es una de las bases del desarrollo ciclista
El pasado 17 de abril, Paloma García Romero, Delegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos, concedió una entrevista a Madrid Diario. En ella, anunció una serie de actuaciones, entre ellas, la peatonalización de parte de la calle Fuencarral y la Pl. de los Mostenses.
Es una ocasión para cambiar la política de la bicicleta y que todo el eje de Fuencarral, Montera, Carretas y Arenal se abra a la bicicleta. Sabemos cómo se hace y tanto la ordenanza de movilidad vigente como todos los propios documentos técnicos que tiene el Ayuntamiento de Madrid lo contemplan. Al igual que se hace en Sol con el itinerario ciclista Mayor – Alcalá (eje este – oeste), debe hacerse eje norte–sur a través de esta actuación.
La peatonalización de la calle Fuencarral tuvo su origen en 2009, siendo alcalde Alberto Ruiz Gallardón. Se creaba así un gran eje peatonal desde Hernán Cortés hasta la Pl. de Oriente (Montera, Sol, Arenal, Ópera)
A pesar de las resistencias iniciales por el miedo a cómo afectaría al comercio establecido, poco tiempo bastó para comprobar el éxito de esta actuación. Todos los estudios muestran cómo el aumento del flujo peatonal reaviva las ventas de los comercios afectados. El ejemplo de la calle Preciados, Arenal y todo su entorno no deja lugar a dudas.
Se demostraba de nuevo, que quitar coches es una buena medida para crear espacios más saludables, seguros, habitables y rentables económicamente. Pero esta actuación, así como otras de este estilo, tiene una grave deficiencia, desde el punto de vista de la movilidad sostenible: la prohibición a las bicicletas.

Dentro de este nuevo modelo de promoción de la movilidad activa sostenible, los recorridos quedan cubiertos, de un modo u otro, atendiendo a las distancias recorridas. Es lo que llamamos radio de acción, según el cual entre 2 y 7 km, la bicicleta desarrolla todo su potencial como modo de desplazamiento exclusivo, lo que combina perfectamente con la movilidad a pie (hasta 2 km) y el transporte público o la combinación con éste (más de 7km). Capítulo aparte sería el caso de las bicicletas de pedaleo asistido que dobla ese radio.
En el documento de actualización del Plan Director de Movilidad Ciclista de Madrid, en 2017, ya aparece una referencia a que la expansión de zonas peatonales se ha hecho con afección a la movilidad ciclista, como ocurrió por ejemplo con la peatonalización de la calle Fuencarral, siendo esta un eje de la red básica de los itinerarios ciclistas del Plan Director de 2008.
En efecto, el eje que conforma la calle Fuencarral, desde su inicio hasta Sol y su prolongación hasta la calle Atocha (Pl. Jacinto Benavente) por Carretas, Pl. Oriente por Arenal, Sevilla por Alcalá y Pl. Neptuno por Carrera de San Jerónimo, es una ruta ciclista muy interesante ya que comunica sin apenas desnivel y de una forma muy directa enclaves muy importantes de nuestra ciudad. En el distrito centro no hay actualmente ninguna vía ciclista que permita cruzar el mismo de norte a sur.

Actualmente, la calle Fuencarral y otras peatonalizaciones, están abiertas a vehículos autorizados, entre ellos la carga y descarga. Resulta paradójico que camiones y furgonetas puedan entrar en Fuencarral y no las bicicletas. Ni siquiera por la noche, al alba o fuera del horario comercial.
Por otro lado, la convivencia peatón-bici es una de las bases del desarrollo ciclista. No hay ciudad que se precie de promover la bicicleta que las zonas peatonales no sean permeables en ambos sentidos a la bicicleta. Todos los manuales de infraestructura ciclista y planes directores, lo contempla, incluso el de Madrid (la permeabilidad de la Pl. de Sol, en el eje Mayor-Alcalá, es un ejemplo de ello). La razón es que tanto la caminata como la bicicleta comparten los mismos motivos disuasorios y favorecedores. Así, el excesivo rodeo, los desniveles acusados, el estrés y peligro del tráfico motorizado o las zonas contaminadas son causas que desincentivan. Por el contrario, espacios protegidos del tráfico o sin tráfico de motor, condiciones orográficas favorables, trazados directos o zonas verdes y de poca contaminación, lo favorecen.
Como ya hemos comentado, ambas movilidades activas son complementarias y nunca sustitutorias una de otra ya que las dos cubren distancias y necesidades distintas. Tan solo hay que regular según los aforos y la prioridad del peatón. Y recordar que la bicicleta en estos trayectos urbanos es un medio de transporte y no un elemento de competición deportiva.




Próximamente se va a peatonalizar desde el tramo de Hernán Cortés a Barceló, prolongando el eje peatonal hasta Tribunal. Aunque nos parece muy modesta la actuación, teniendo en cuenta el período de pandemia del que venimos y la necesidad de promover la movilidad saludable, es un paso en la buena dirección. Pero como viene siendo habitual, nada se dice de la bicicleta.
Sobre las peatonalizaciones del resto de los distritos, insistimos en lo básico que es asegurar su permeabilidad ciclista. Esta reivindicación no es solo del movimiento ciclista sino vecinal. La próxima actuación de la Pl. de los Mostenses y Antonio Grilo a la que se refiere la delegada Paloma García, corresponde a una petición vecinal del movimiento Revuelta Vecinal de ciclopeatonalizar el entorno como forma de asegurar la movilidad activa y segura en sus dos variantes (caminando y en bici). Los vecinos, en reunión con Paloma García en noviembre de 2021, pidieron que en Pza. de los Mostenses, c/ Antonio Grilo y resto de calles del entorno que se van a reformar se prohibiera la circulación de vehículos motorizados, pero que sí se mantuviese la permeabilidad ciclista. La delegada contestó que en principio solo contemplaban la peatonalización, excluyendo la permeabilidad ciclista.
Esperemos que en esta actuación Paloma García considere la petición de los vecinos y siga los criterios técnicos del propio ayuntamiento y del consenso absoluto de las principales guías de diseño viario existentes, que, para la intensidad actual de tránsito a pie en estas calles, califican como óptimo y compatible el uso peatonal y la circulación de bicis.
Confiamos que el resto de peatonalizaciones que actualmente se están llevando a cabo como en las calles de alrededor del teatro María Guerrero, Pl. de Olavide, etc. aseguren esa permeabilidad como medida de promoción de la bicicleta en Madrid.
Las bicis tienen que tener un espacio diferenciado del peatón. Son peligrosas, provocan accidentes, van a una velocidad diferente a la del peatón y tienden con mucha frecuencia a no respetar las normas de circulación y a ir a una velocidad excesiva.
Son peligrosas.
Tendríamos una ciudad peor y más agresiva con los peatones.
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