Nuevos ciclocarriles en la Av. de Logroño y Av. de los Poblados, más de lo mismo

Diez años después de su implantación en Madrid, el ciclocarril CC30 ha demostrado su fracaso para contener la velocidad de los motorizados y atraer nuevos ciclistas

Llega el verano y el Ayuntamiento de Madrid, como es habitual en este periodo, gasta una ingente cantidad de dinero en mejorar las condiciones de los coches con la operación asfalto. Nada más y nada menos que 62,2 millones de euros: Estas son las 1.080 calles de Madrid que entran en la Operación Asfalto 2022.

En cambio, con respecto a la bicicleta, lejos de acelerar la construcción de la red ciclista como han hecho infinidad de ciudades, vuelven a engañar a la ciudadanía pintando CC30 en calles y avenidas principales incluidas en la Red Básica Ciclista. Una inversión como la de la operación asfalto 2023, costearía casi por completo la red ciclista planteada para 2025.

86 millones de euros es el presupuesto propuesto en el PDMCM para crear la Red Básica ciclista. Periodo 2017-2025

Al caso reciente de la Av. de la Democracia, en Vallecas, se suma ahora la Av. de Logroño y la Av. de los Poblados. Recientes mediciones que hemos hecho en estas calles demuestran una vez más el nulo efecto que tienen los CC30 en la velocidad de los motorizados, algo que el propio ayuntamiento ya sabía y que quedó reflejado, junto a otras deficiencias, en el análisis que hizo cuando publicó la última versión del plan director:

La amplia mayoría de las asociaciones y colectivos del mundo de la bicicleta coinciden en su análisis sobre el funcionamiento de los ciclo-carriles: si bien se han mostrado eficaces en visibilizar al ciclista en la calzada, también se identifican múltiples problemas. A continuación, se resumen los principales problemas detectados: Incumplimiento general de la velocidad máxima permitida de 30 km/h […]; Los ciclistas no pueden avanzar por el ciclo-carril cuando hay congestión […]; Los vehículos pesados suelen utilizar también el carril a la derecha […]; La mayor inseguridad percibida cuando el ciclo-carril transcurre anexo a un carril-bus reservado […]; La problemática de resolver las intersecciones giratorias […] Falta de una normativa estatal que reconozca el concepto de “ciclo-carril” […] La obligación de circular por el centro del carril en carriles sobre-anchos […]; La devaluación del derecho de compartir la calzada y circular por el centro del carril en calles sin señalización específica […]

https://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Movilidad-y-transportes/Oficina-de-la-bici/Revision-y-actualizacion-del-Plan-Director-de-Movilidad-Ciclista/Plan-Director-de-Movilidad-Ciclista-2008-Revision-y-actualizacion/?vgnextfmt=default&vgnextoid=045d7b886c36c510VgnVCM2000001f4a900aRCRD&vgnextchannel=4c9e02109645c510VgnVCM1000001d4a900aRCRD

Los carriles compartidos con los coches o ciclocarriles, se crearon en Madrid hace ya diez años como medida rápida para implantar el servicio de bicicleta pública y como respuesta a la presión de la Unión Europea que acusaba a Madrid de inacción ante los altos niveles de contaminación. Lo implantaron pese a las reservas que mostraron en aquel entonces expertos como Manu Calvo, Esther Anaya o Jesús Freire y a la historia frustrada que envuelve esta tipología desde su origen (Denver 1990), frente a los carriles bici.

Después de todo este tiempo, la cuota modal de la bicicleta no supera el 1 % en Madrid. El balance es claro y contundente: los ciclocarriles no son válidos para atraer nuevos ciclistas ni para contener la velocidad de los motorizados. El ayuntamiento lo sabe y reconoce los problemas que genera como anteriormente hemos expresado.

Ciclocarril (CC30)

Entonces ¿Por qué se sigue apostando exclusivamente por ellos?

No nos corresponde a nosotros responder a esta pregunta pero no pasa desapercibido que pintar un ciclocarril es la medida más barata, fácil y rápida. No plantea un cambio en el uso de la calzada, conserva la misma capacidad para los coches, no amplía espacio saludable de la calle y no compromete la hegemonía del coche ni, por tanto, el modelo actual de movilidad. Con los ciclocarriles, el Ayuntamiento vende cierto compromiso con la bicicleta y la movilidad sostenible y se ahorra las resistencias al cambio. Un ejercicio de cinismo acróbata difícilmente superable.

Red de Ciclocarriles (en azul)

Instamos desde aquí al ayuntamiento de Madrid que complemente estas avenidas y otras muchas con carriles bici protegidos. Se cumpliría así uno de los criterios que establece el Plan Director, consistente en convertir calles principales en vías ciclo-inclusivas para todos los usuarios, empleando una solución segregada y protegida al mismo tiempo que se pacifica el resto de la calzada y, en su caso, se señaliza con ciclocarril -Sistema Dual- La calle Santa Engracia es un ejemplo de ello.

En el caso de la Av. de Logroño se cumpliría, además, una de las reivindicaciones históricas de la Asociación Vecinal de Barajas. En el de la Av. de los Poblados, un carril bici desde Aluche a Colonia Jardín conectaría el Anillo Verde Ciclista con el corredor ecológico del Suroeste en la vía pecuaria que sale junto la estación de metro.

Distribución de la longitud de los desplazamientos de los residentes de Madrid

En un contexto de escasez energética, de encarecimiento de los combustibles, de crisis climática, habiendo pasado una pandemia y sufriendo las graves consecuencias para la salud que provoca respirar aire contaminado, es increíble que la bicicleta aun no sea una apuesta de verdad en la ciudad de Madrid, toda vez que la distancia de los desplazamientos en nuestra ciudad es perfectamente asumible, en gran parte, pedaleando, como así aparece en el Plan de Movilidad Sostenible recientemente aprobado por el Ayuntamiento.

Un comentario en “Nuevos ciclocarriles en la Av. de Logroño y Av. de los Poblados, más de lo mismo

  1. Que muestros políticos municipales actuales no hacen nada para fomentar o facilitar el uso de la bicicleta, es de una evidencia apabullante.
    Pero, ¿cuántos madrileños la utilizarían si mejorara la infraestructura? Dudo que muchos más.
    Lamentablemente los políticos saben que a gran parte de la ciudadanía madrileña este tema no va con ellos. Incluso la bici les molesta. Triste y decepcionante realidad.
    Seamos sinceros, somos una minoría y quizá por eso este tema no prospera. El problema es de base, originado por el comportamiento del madrileño y en la gran ausencia de la necesidad.
    Si los CC30 estuvieran saturados de bicicletas, los políticos cambiarían de actitud ¿verdad?
    Incluso ahora que el precio del combustible está por las nubes, la gente no va en bici…
    Lamento ser tan pesimista, pero en esta ciudad (y lo extendería gran parte del país) la sensibilidad por el medio ambiente y la salud le importa a muy poca gente, más allá del discurso. El espíritu reaccionario o de inacción es omnipresente.
    Pero, aun así, gracias por seguir dando la pelea.
    Y respecto a los comentarios sobre la ineficacia y el peligro de los CC30, los suscribo todos.
    ¿Hay estadísticas sobre accidentes de ciclistas en los CC30? Esto podría ayudar.
    Un abrazo

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