La Gran Vía podría tener su carril bici

La Gran Vía contará con un carril bici en todo su recorrido

Una importante ampliación del espacio peatonal, una plataforma única para los autobuses y un carril bici exclusivo de doble sentido, características de la Gran Vía de Madrid y ejemplo de una apuesta por la movilidad sostenible

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Ciclista atascado en la Gran Vía

—Este titular podría haber sido posible de haberse producido una rectificación por parte del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible

Una delegación ampliada de Pedalibre-ConBici se entrevistó el martes 11 de julio con José Manuel Calvo —titular del Área— y le trasladó la necesidad de que Madrid no vuelva a perder de nuevo la oportunidad de subirse a la bicicleta.

Se desarrolló en un tono cordial, recordando la necesidad de no demorar más el desarrollo ciclista de Madrid y remarcando que un eje de la importancia de la Gran Vía no puede dejar de ser plenamente accesible a la bicicleta.

Nuestra intervención giró en torno a una serie de puntos, muchos de ellos ya comunicados previamente:

y todos ellos suficientemente acreditados y documentados:

  1. Carácter de las políticas públicas: las políticas públicas deben estar dirigidas a toda la población: el actual Ayuntamiento sí ha aplicado este carácter en otros temas como la renovación de la flota de autobuses, mejoras en el espacio peatonal, Plan A, rescate BiciMad, etc..
  2. Compromiso político por la bici: el partido que sustenta el actual Ayuntamiento deja claro este mismo criterio en su programa electoral, materializando su apuesta por la bicicleta a partir de un impulso amplio de la red ciclista que desarrolle una red de carriles bicis integrada y coherente en el contexto de crear una ciudad medioambientalmente responsable.
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    Incluso declaraciones de quien luego fuera alcaldesa, Manuela Carmena, no deja lugar a dudas.Ante la pregunta de ¿Cómo valora la gestión de Ana Botella en materia de movilidad?Ha sido un fracaso absoluto. No ha abordado el problema principal, que es que en Madrid el coche se utiliza para todo. La puesta en marcha de BiciMad es positiva, pero se ha introducido con mucho riesgo, porque no hay un carril-bici en condiciones. Muchos amigos que lo usan están contentos, pero tienen constantemente la tentación de subirse a la acera por miedo al tráfico. Los carriles compartidos a 30 km/h no funcionan: no se respeta la velocidad, desaparecen abruptamente… un desastre. (Entrevista en Ciclosfera)
  3. Modelo sostenible de transporte: caminar, usar la bici y emplear el transporte público en exclusiva o complementariamente debe formar parte de la prioridad de un modelo sostenible de transporte y del aprovechamiento del espacio público.
  4. La bicicleta, alternativa real y posible para toda la población: dirigir la política a este objetivo es asegurarnos mejoras claras en el medio ambiente (cumplimiento de los objetivos del Plan A), ya que sustituye sobre todo los desplazamientos en coche y moto. (Barómetro de la bicicleta 2017).
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    Además, la bicicleta contribuye en la lucha contra el cambio climático, a una mayor seguridad vial, una mejor salud pública y a un reparto más equitativo del espacio público.
  5. Máximo apoyo ciudadano a la promoción de la bici: toda política debe tener una base en la que apoyarse. En este sentido el amplio apoyo ciudadano expresado en el último Barómetro de la Bicicleta, más del 90 % se muestran a favor de que las administraciones promuevan el uso de la bici, no deja lugar a dudas. (Barómetro de la bicicleta 2017).
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  6. Máximo apoyo ciudadano a la construcción de carriles bici, que junto a la necesidad de reducir el tráfico y su peligrosidad, constituye una de la condiciones y necesidades principales para el uso expansivo de la bicicleta en la ciudad (Barómetro de la bicicleta 2017).
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  7. Máximo apoyo de los actuales ciclistas a los carriles bici, siendo más del 80 % quienes prefieren circular por estas vías antes que por las compartidas (Barómetro de la bicicleta 2017).
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  8. Experiencias nacionales de éxito: ciudades como Barcelona, Vitoria, Zaragoza, Sevilla o Valencia arrojan datos incuestionables en cuanto al incremento de ciclistas a costa de un descenso en el uso del coche gracias a la inversión en infraestructura.
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  9. Experiencias internacionales de éxito: ciudades en proceso de desarrollo como Toronto, Londres, Nueva York… indican claramente, como en el punto anterior, la relación clara, directa y contundente entre el número de usuarios de la bicicleta y su seguridad y la extensión de la red de vías ciclistas, lo que coincide con una de las conclusiones del Proyecto PASTA de ISG de Barcelona en un análisis con 167 ciudades europeas.
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  10. Aprender de los errores: la brecha de género, edad y capacidad y el escaso crecimiento del uso de la bicicleta en Madrid ha de poner en cuestión políticas pasadas (y actuales) basadas en gran parte en la ausencia de infraestructura ciclista (carriles bici) y el empleo, casi en exclusiva e indiscriminado, de carriles compartidos con los coches (ciclocarriles).
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  11. Aprender de los aciertos: recientes aforos realizados y dados a conocer de la calle Toledo y Santa Engracia, con y sin carril bici, debieran ser determinantes para la apuesta definitiva. Estos datos aun serían mayores de formar parte de una red ciclista cohesionada e intercomunicada.
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  12. La reforma de la Gran Vía es ajena a todas estas conclusiones y no contempla una solución aceptable para la bicicleta, aun formando parte de un eje principal en una futura Red Básica Ciclista, según el Plan Director de la bicicleta aprobado por el Ayuntamiento.
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  13. La bicicleta se somete al coche, tanto en los tramos compartidos (casi todos) como en el exclusivo de subida desde Plaza de España hasta Callao ya que por su situación, entre el carril bus-taxi-moto y uno convencional, queda condicionada por la contaminación y expuesta a ser sobrepasada por ambos lados por motorizados, a una diferencia de velocidad mayor que si el tramo fuera llano o de bajada.
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  14. El incumplimiento de la limitación 30, es evidente: la sola limitación 30 como escenario que aumenta la seguridad percibida, además de la seguridad vial, y la gente se atreve a circular por la calzada como un vehículo más es calificada en el Plan Director como lógica simplista y optimista. Este mismo documento cifra el incumplimiento de la velocidad en el ciclocarril de hasta en un 93 %.
  15. El grado de estrés, seguirá siendo elevado y como tal el uso de la bicicleta quedará reservado solo a personas que están capacitadas para soportarlo. Es decir, en torno al 1 y 6 % de los posibles usuarios frente al 93 % o más restante) incumpliendo claramente el objetivo base del Plan Director de la Bicicleta (Política pública para una minoría) y sus conclusiones:[…] en calles donde el número de ciclistas es muy inferior al número de vehículos motorizados, es fundamental habilitar espacios segregados y de uso exclusivo para la bicicleta si se quiere conseguir esta reducción del nivel de estrés percibido.Dado que la red básica de itinerarios ciclistas coincide en gran medida con los ejes estructurantes de la ciudad que suelen ser también las calles con mayor capacidad para el tráfico motorizado, es obvio que la mayor parte de la red se apoyará en vías ciclistas segregadas y de uso exclusivo.
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  16. El orden de prioridades se invierte, quedando la bicicleta en último lugar, por detrás del coche y la moto e incumpliendo los objetivos del mismo Plan Director y el propio programa electoral de Ahora Madrid (ver cuadro anterior).
  17. Se incumple el deseo principal que la ciudadanía expresó en el proceso participativo de la Pl. España respecto al tráfico (a falta de una pregunta en este sentido en el referido a la Gran Vía) de construir un carril bici en el entorno de la Plaza de España.
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  18. Distintas decisiones pueden tener el aval técnico correspondiente y constituyen diversos grados de apuesta política: en ningún caso habría impedimento técnico en tanto que en origen se contemplaba la opción de un carril bici en todo el recorrido.Desde el Área de Gobierno de Desarrollo Sostenible justifican el proyecto de ejecución de la Gran Vía como una reforma que favorece al peatón y al transporte público, lo cual nos parece muy positivo pero desprecian totalmente el papel que desempeña, o podría desempeñar, la bicicleta en nuestra ciudad como medio ideal y popular para satisfacer una gran parte de los desplazamientos diarios. Queda arrinconada al espacio de juguete o instrumento deportivo y de ocio. En ningún caso contemplan este medio de transporte como elemento de transformación hacia un modelo de movilidad más sostenible lo cual se aleja no solo de su compromiso electoral y de las sucesivas declaraciones públicas de promoción de la bicicleta o del propio Plan Director de la bicicleta, sino también de compromisos políticos nacionales e internacionales como la pertenencia de Madrid a la Red de Ciudades por la Bicicleta o como ciudad firmante de la Carta de Aalborg. Niegan cualquier modificación que varíe la prevista configuración, la plataforma reservada de carril bus-taxi-moto y la sección prevista de acera por lo que el margen de variación del actual proyecto es prácticamente inexistente. La bicicleta queda, por tanto, en este proyecto SOMETIDA al tráfico de coches, motos, furgonetas, taxis, autobuses regulares y turísticos y a la contaminación derivada de ellos.
  19. La bicicleta vuelve a situarse como elemento marginal y su promoción se limita a campañas informativas o, a lo sumo, alguna pequeña actuación casi simbólica como puede ser los 1,75 km. de los casi 7 km del itinerario ciclista Pte. Franceses — Pl. Legazpi (solo se actúa desde Pirámides a Pl. Legazpi), la calle Santa Engracia, Toledo, Oporto o Bulevares. Actuaciones interesantes, pero que precisan necesariamente de muchísimas más para lograr la necesaria trama cohesionada, segura e interconectada de una Red Ciclista en la ciudad de Madrid. Recientes incorporaciones del carril bus-moto-taxi en grandes avenidas han desplazado a la bicicleta hacia el centro de la calzada exponiendo al ciclista a mayores niveles de estrés y contaminación y peticiones vecinales cursadas desde los Presupuestos Participativos en torno a la construcción de carriles para bicicletas son, en ocasiones, reconvertidas a ciclocarril, ignoradas o sencillamente retrasadas, cuando no bloqueadas, por la necesidad de estudios previos.
  20. La verdad que el futuro de la bici en Madrid no parece muy prometedor: desde ConBici lamentan que la Gran Vía, y Madrid en su conjunto, no se entienda como un espacio y una ciudad de gran repercusión para el resto de ciudades. La apuesta por la movilidad sostenible queda claramente incompleta si no incorporamos debidamente la bicicleta. Grandes e importantes vías como la Gran Vía, la Castellana y otras que conformen la necesaria Red Ciclista, deben rediseñarse a fin de crear espacios amables para la bicicleta donde se reduzca y termine por desaparecer la brecha de género, edad y capacidad y sea una verdadera alternativa de transporte para toda la ciudadanía. Estamos ya en la segunda mitad de legislatura y no hay evidencias de mejora sustancial en el reparto modal. ConBici, como entidad que trabaja por la movilidad sostenible apoya la propuesta desarrollada por Pedalibre e invita al Ayuntamiento de Madrid a que reconsidere su política en torno a la bicicleta.

Por último, queremos agradecer al Área de Gobierno de Desarrollo Sostenible y en particular a José Manuel Calvo, la atención prestada y por concedernos la oportunidad de poder expresarnos con entera libertad y confianza.

Solo esperamos que esta reunión haya servido como reflexión interna al actual equipo de gobierno de cara a repensar las políticas presentes y venideras que tienen como protagonista la bicicleta.